Enfrentemos el futuro con una actitud diferente

Requeriremos mantener viva nuestra industria. Y para ello necesitamos crear un sano sentido nacionalista para preferir la producción local. Y por sobre todo requerimos iniciar esta nueva etapa con paz social.

No tenemos ninguna duda que estamos pasando por una de la crisis más grande que ha afectado al mundo. Tampoco está en duda que, si bien tenemos una economía estable y sólida, esta crisis sanitaria nos pilló en un mal momento, estábamos en plena crisis social, que había afectado muy fuertemente a las pequeñas y medianas empresas. El llamado “18-O” nos dejó 543 empresas en quiebra, y a mayo de 2020, producto de la pandemia, llevamos 2.914, entre organizaciones y personas, acogidas al procedimiento concursal de liquidación de bienes, y se espera que este número crezca de manera potencial, generándose un importante incremento en la cesantía.

¿Cómo pretendemos superar esta crisis? Tanto a nivel país como de la ciudadanía se está financiando la crisis con endeudamiento y esto implica que, una vez que pase la pandemia, nuestros ingresos se destinarán a pagar la deuda. Y si bien los intereses son bajos, el capital prestado hay que devolverlo. Por lo tanto, sin importar cuál sea la forma en que financiemos esta crisis, hay que pagar la cuenta: si es deuda pública, debemos repactar una parte y pagar otra; si se hace con endeudamiento privado, los acreedores, sea un banco o el Estado, nos cobrarán el crédito; y si retiramos nuestros fondos de la AFP, a futuro tendremos una menor jubilación o tendremos que aumentar nuestras cotizaciones.

Por lo tanto, la nueva pregunta es ¿cómo vamos a pagar la deuda? Para responderla, requerimos empezar a planificar el incremento del empleo. La cesantía obliga a los afectados a buscar nuevas formas de ganarse la vida y estos nuevos emprendimientos requerirán el apoyo del Estado para facilitar su existencia, formalización y desarrollo.

Requeriremos también calificar la mano de obra. Ya nos hemos dado cuenta de que el mundo está digitalizado; por lo tanto, nuestros analfabetos aumentarán, ya que ahora no solo es necesario saber leer y escribir, sino que también es indispensable manejarse digitalmente.

Requeriremos mantener viva nuestra industria. Y para ello necesitamos crear un sano sentido nacionalista para preferir la producción local. Y por sobre todo requerimos iniciar esta nueva etapa con paz social, si se retomaran las marchas, los paros y la violencia, no será necesario seguir analizando cómo salir de la crisis, simplemente debemos dejar caer definitivamente el país.

Llegó el tiempo de cambiar la actitud, superar la crisis y comenzar a ver el futuro de una forma diferente.

Soledad Recabarren

Fuente. La Tercera

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